De tu boca merendada
placeres laminados,
revientan mis sentidos.
fruta madura
que no calma mi sed.
Manos que recuperan
placeres oxidados,
vuelan muy alto y libres,
sin peso para mis alas rotas.
Luces de neón
entre juegos de sombras,
tallan perfiles eclécticos
eclipsando mis sentidos.
Enterramos la moral
en las esquinas de tu cuerpo.
Rezando oraciones,
que solo se apiadan
de nuestros deseos…
si necesitas ayuda para enterrar la moral en las esquinas de los cuerpos...me avisas. Me ha encantado el poema. Un beso
ResponderEliminarjajaja,tomo nota Claudia!un fuerte abrazo
ResponderEliminarves? es tan simple, se trata de confiar y de dejarse llevar. De esa manera siempre surgirá algo bueno, no tengo duda
ResponderEliminarbesos enmascarado
yo no me dejo llevar yo soy de los que se deja arrastrar,jajaja besos Laura(aunque en este caso es algo que sucedio,ya hace mucho tiempo)
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