martes, 30 de agosto de 2011

título (V)

Arañando la superficie
guías tus manos perversas,
perfil que te deslizas
cosiéndote a mi piel.
Tormentas compartidas
desahuciadas tras las ventanas,
atrapo tus lamentos
justo al vuelo,
antes incluso de nacer en tu boca.
Escondidos, el uno en el otro
somos sombras tenues,
imaginadas por el deseo.
Somos la hiedra
escalando las sabanas,
estampando las almas
con el color del riojano.

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