miércoles, 10 de noviembre de 2010

Tormenta


La voz del trueno
heraldo de la tornamenta ,
reinventa miedos
oscuros e ignorantes.
Disipa líneas fronterizas
arrinconándonos al mismo lado,
Cielos sin estrellas
nubes indomables,
predicen la explosión.
Dioses enojados
condenados por nuestra soledad,
gigantes creados
para morir besando la tierra.
Venas de luz
un un cuerpo oscuro.

2 comentarios:

  1. Los dioses condenados a la soledad pueden ser aterrorizantes...en su explosión. Saludos

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  2. esa especie de encantamiento que tienen las noches de tormenta que por un lado encandila con la hermosura de un rayo caido a la distancia y por el otro atemoriza con el estrépito de los truenos

    como todos tus versos tiene ese oque de oscuridad, infaltable, como un sello

    un beso

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